sábado, 10 de mayo de 2008

Historia del Kamasutra V: La mujer

En la India, al igual que en occidente durante muchos siglos, la mujer fue considerada como un apéndice del hombre, primero del padre y después del marido, al que, en algunas ocasiones, seguirá hasta en su muerte. Él será su Dios y su misión consistirá en hacerle tocar el cielo, pero es, precisamente, en las relaciones sexuales, donde la mujer adquiere su auténtica dimensión y se situa en un plano de igualdad con el varón.

El sexo es cosa de dos, de la satisfacción de ambos dimana el éxtasis supremo.

Toda la literatura sánscrita y también Vâtsyâyana, ponen de manifiesto que, en el plano erótico, hombre y mujer son iguales. Si el sexo ocupa un lugar tan importante en la vida del hombre era porque la sexualidad formaba parte de la esencia misma de la mujer.

En muchos de los capítulos, Vâtsyâyana habla de la satisfacción que el varón debe dar a la mujer con la que comparte el lecho, como agradarla o cuáles pueden ser las respuestas femeninas si no han obtenido el placer necesario. Con ello, pone de manifiesto que la mujer no es un mero instrumento de placer para el hombre, ambos se encuentran en una situación de pariedad, en la que el placer debe ser mutuo, compartido.

Por ello el Kamasutra no solo se dirige al hombre como público sino también hacia el público femenino, sea cual sea el tipo de mujer: amante, esposa o cortesana.

Palabras de Vâtsyâyana: "Un hombre y una mujer se unen para alcanzar la misma meta, la consecución de placer, y nos equivocaríamos si pensaramos que el placer que obtienen es de naturaleza diferente. Ambos son seres humanos y por ello el placer que persiguen es el mismo".

1 comentario:

Unknown dijo...

Que bueno para las conciencias inhibidas estas páginas que hablan de de hombres, de mujeres y sexo de manera natural. El vaticano debería hacer su versión sana sobre el sexo, como no tienen mucha práctica, quizá puedan recibir recomendación sus colegas protestantes, que en cuanto al matrimonio entre "activistas" están más evolucionados.

Gracias

D.